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Catorce horas sin luz en 8 estados de la costa este
EE.UU. por primera vez en su historia experimenta a partir de las 5:16
pm. del 9 de noviembre de 1965 un gigantesco apagón eléctrico que paraliza durante 14 horas el habitual ritmo de actividades en ochos estados de la costa este, incluyendo a la ciudad de Nueva York y el cual también afecta parcialmente a dos estados del Canadá.
Al desconcierto inicial ante un fenomeno de esta envergadura y extensión, segun se constatará con el paso de las horas siguen múltiples inconvenientes de tránsito, bloqueos de elevadores, paralización de redes de subterráneos y medios de comunicación además de colocar en emergencia al tráfico aéreo, especialmente en los aeropuertos de LaGuardia y Kennedy en Nueva York.
Las fallas en el sistema interconectado
El suceso sera explicado técnicamente como un colapso en cadena de la red interconectada de 375.000 voltios CANUSE que vincula Canadá y la costa noroeste de los EE.UU. originada por sobrecarga en
el sistema debido a una serie de imprevistas fallas encadenadas en el sistema de protección automática de la red.
Los problemas se han iniciado en la estación generadora hidroeléctrica
Sir Adam Beck en Queenston, Ontario ante la abrupta salida de servicio de una de las linea de transmisión hacia Toronto, presuntamente por un pico de demanda, reconduciéndose ante una falla de sus controles automáticos el excedente en primera instancia hacia Nueva York
provocando la salida de servicio de su sistema por sobrecarga ante otra inexplicable falla de sus sistemas de protección para finalmente retornar el excedente generado sobre Ontario y sacar de servicio a la planta Sir Adam Beck pocos minutos después de haberse generado el problema inicial.
Los esfuerzos por superar la situación y reestablecer el servicio postergan un análisis detenido de los hechos que permitan explicar en detalle las verdaderas causas del apagón que ocasiona pérdidas millonarias.
La vulnerabilidad de las grandes ciudades quedan al descubierto ante un suceso que se suponía nunca habría de ocurrir y que afecta en conjunto a mas de 30 millones de personas. El disparador de del colapso del sistema será atribuido presuntamente a una falla producida en los reles de protección de la subsestación Clay en Niagara Falls, a pesar de trascender semanas mas tarde de fuentes no oficiales que una detenida inspección de los mismos no mostró ninguna anomalía.
Avistajes desconcertantes
Pocas horas después de superarse el problema con el restablecimiento del servicio eléctrico en el área trascienden algunos desconcertantes y coincidentes testimonios sobre la aparición en Niagara Falls y en las proximidades de
Syracuse de objetos voladores desconocidos, (ovnis)
tanto sobre la planta Sir Adam Beck como sobre la subestación Clay, momentos antes de iniciarse el colapso del sistema.
En el primer caso la noticia es desmentida por las autoridades de la planta, pero en el segundo caso son el piloto instructor Weldon Ross
junto a otro tripulante quienes dan cuenta poco después de aterrizar
a tientas en el Hancock International Airport, de la presencia de un ovni de mas de 30 mts. de diámetro sobre las líneas de alta tensión provenientes de Niagara Falls sobre la estación Clay. Otros calificados testigos en tierra han reportado
también otros avistajes desconcertantes. Las investigaciones oficiales efectuadas por la U.S. Federal Power Commission y por la Comisión de Energía Hidroeléctrica de Ontario (Canada) concluiran en atribuir el suceso a causas tecnicas desestimando cualquier posible relación del mismo con los hechos reportados.
Incómodos testimonios y sospechas
Sin embargo ninguna explicación logra rebatir la validez de los testimonios de cientos de observadores, algunos calificados, acerca de las observaciones de dos objetos voladores no identificados en el área de Niagara Falls - Syracuse y también sobre Nueva York antes, durante e inmediatamente despues del imprevisto apagón. Los testimonios ganan trascendencia en primera instancia a partir de su difusión a través del
'Globe and Mail' de Toronto y del The Syracuse Herald-Journal.
Los testimonios mas calificados corren por cuenta de experimentados pilotos
dos de ellos comerciales, Jerry Whitaker and George Croninger, un instructor
de vuelo, Weldon Ross y avalados por el comisionado en jefe de Aviación de Syracuse Robert C. Walsh.
Los reportes iniciales a los cuales se suman avistajes sobre Nueva York 20
minutos después del apagon ganan trascendencia nacional a través de
Associated Press y de la cadena NBC, del New York Journal American y del Indianápolis Star.
Las observaciones efectuadas sobre Manhattan cuentan con el respaldo de algunas fotografías obtenidas por un fotógrafo del Times-Magazine, pero las mismas tratarán de ser desacrediteitadas sugiriéndose que en realidad las presuntas evidencias aportadas corresponden al paso de un satélite ruso o a simples defectos de las fotografías. El transcurso de los días diluye la trascendencia de los sucesos reportados, pero no las sospechas de un posible encubrimiento oficial sobre las verdaderas causas del apagón cuyos alcances involucrarían incluso a las autoridades canadienses. Frank Edwards, un investigador dedicado al estudio del fenómeno ovni, comprometera a las autoridades militares estadounidenses al afirmar que las mismas estaban en alerta sobre la presencia de los objetos voladores no identificados en el área desde 45 minutos antes de producirse el apagón.
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Sir Adam Beck Hydro Generation Stations
en www.iaw.com
Doce años más tarde otro apagón:
La experiencia de 1965 no resultará necesariamente aleccionadora, a pesar de los recaudos para hacer mas confiable el sistema electrico, en 1977 Nueva York sufrirá un nuevo apagón aun mas prolongado y
con mayores costos. A diferencia de noviembre de 1965, junto con la oscuridad de la noche llegará la violencia urbana, el pillaje y los robos dejando un balance de 3.000 detenidos.
Indicios inquietantes pocos meses antes en la Antártida refuerzan las
sospechas sobre la presencia de extraños objetos en los cielos:
El 3 de julio de 1965 la dotación militar y científica de la armada argentina del Destacamento Naval Decepción, en la isla del mismo nombre, reporta el avistamiento nocturno, durante mas de una hora, de un objeto volador no identificado de forma lenticular en las cercanías del destacamento constatándose perturbaciones magnéticas en el instrumental de la base simultáneamente con el avistaje. La presencia del objeto es detectada también por el personal de las bases chilena y británica vecinas al Destacamento Decepción.
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