UN CASO DE SECRETO DE CONFESION
(25/07/01)
El testimonio de un sacerdote logra liberar a dos
condenados por un homicidio no cometido.
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Singularidades del caso y repercusiones mediáticas
El caso involucró en EE.UU. al sacerdote católico Joseph Towle, a dos condenados de origen portoriqueño y al menos uno de los verdaderos asesinos del hecho, luego de 12 años de prisión, por el cual fueron enjuiciados y condenados José Morales y Rubén Montalvo.
La verdad de los hechos llego con ocho años de demora a conocimiento del sacerdote Towle a traves de una confesion personal y probablemente sacramental sobre la cual el sacerdote hubo de guardar reserva hasta ahora.
Han debido pasar otros cuatro años mas, después de la muerte de Jesús Fornes, el asesino confeso, para que con la autorización de la jerarquia eclesíatica el sacerdote allanara ante la justicia la verdad que paradójicamente habia intentado desvelar el propio asesino a instancias del sacerdote ante los abogados y familiares de los condenados. No alcanzó. Remitiéndonos a la información propalada por la CNNe por mencionar siquiera una de las tantas fuentes que recogieron la noticia alrededor del
mundo, la justicia desestimó aparentemente esa confesión en su momento y mantuvo la condena a los acusados.
El caso es singular, las consideraciones sobre los alcances del secreto de confesión y las implicancias de su presunta violación han atraido a la prensa local televisiva (1) con un sesgo previsiblemete sensacionalista. La habitual tentación periodística de ver confrontar lo secular con lo religioso tratando de poner en duda la seguridad que los dichos en confesión queden solo en poder de Dios, pasaron por alto la legítima inquietud de que no uno sino dos personas vieran confirmada su condena por los dichos de otra tercera aun mediando el testimonio de otra en su favor. Sin duda mas de
una consideracion hubiera merecido al respecto.
Asimismo fue relativizado en la valoración del caso el hecho de que Fornes había muerto, que su voluntad había sido esclarecer el hecho, que el caso representó un serio problema de conciencia para Towle durante estos cuatro largos años y que su determinación final en ayudar a resolver esta injusticia ha tomado la debida injerencia la jerarquía eclesiástica. Para mas datos el mayor celo en cuanto a la observancia y alcances del derecho canonico, parecen haber corrido una vez mas por
cuenta de quienes no se reconocen religiosos practicantes dando muestras de un
vulgar oportunismo periodistico televisivo (1)
(1)
Las referencias a la cobertura periodistica del caso estan referidas
en este articulo al contenido de los comentarios y testimonios referidos a
a esta noticia propalados por los principales canales de aire de BsAs
(Argentina) el 26/07/01.
La nota de CNN se reproduce como soporte de este articulo en cuanto a que
en lo referido al punto anterior ha sido la fuente de informacion utilizada
en la mayoria de los casos por estos medios.
Dilemas entre fé y ética
El articulo que se reproduce, si correspondiere, no ha podido ayudar a discernir
en la diferencia entre una confesión sacramental y una que no lo es, máxime
que en lo esencial el perdón de la falta se produjo. La cuestion fue prudentemente soslayada en las entrevistas televisivas (1) a referentes eclesiáticos de turno.
Menos aun logra aclararse si el consentimiento expreso de quien confiesa logra
liberar al sacerdote del secreto de confesión en casos como este y si en
condiciones límites el principio del mal menor ante un grave peligro inminente
debiera conducir las acciones del sacerdote.
Con cierto dosis de realismo cabria preguntarse que haria un sacerdote si recibiese en confesion el testimonio de un feligres que confesase haber activado un dispositivo nuclear para una detonación dentro de una gran ciudad. ( Me atrevo a suponer que estaríamos ante una confesión no sacramental) .
LA NOTICIA EN CNNe
Un sacerdote rompe secreto confesional y cambia la suerte de dos condenados 26 de julio, 2001
NEW YORK (CNN) -- Un sacerdote reveló la confesión hecha por el autor de un
asesinato por el que estuvieron presos otras dos personas inocentes durante
12 años. La revelación del religioso permitió la liberación de un condenado
hispano que había estado en prisión y sus abogados preparaban una apelación
para excarcelar a su compañero de infortunio por un crimen que no cometió.
José Morales, de 31 años, fue liberado el martes después de que un juez federal
dictaminó que no cometió el crimen. Ahora, sus abogados presentarán el documento
en nombre de Rubén Montalvo en una corte de la ciudad de Nueva York para lograr
su liberación.
Morales y Montalvo, por aquel entonces adolescentes, fueron sentenciados en
1989 a 15 años de prisión perpetua por el asesinato de José Rivera ocurrido
dos años antes en el barrio del Bronx.
Antes de ser condenados, otro joven, Jesús Fornes confesó que él y otras dos
personas -que no eran Morales ni Montalvo- cometieron el homicidio.
Fornes primero admitió su delito ante el sacerdote de su parroquia, Joseph Towle, y luego alentado por el religioso, Fornes repitió su confesión al abogado de Morales, la madre de Montalvo y un defensor de oficio. Este abogado público
evitó que la declaración de Fornes formara parte de los documentos oficiales
de la causa. Ningún juez escuchó su testimonio y los tribunales anteriores no
lo habían tenido en cuenta en apelaciones previas. Sin embargo, el juez de distrito Denny Chin concluyó que las declaraciones de Fornes "constituyen una evidencia convincente de que Morales y Montalvo fueron condenados por error y que por consiguiente, son inocentes."
A pesar de las objeciones de los fiscales,
el martes Chin dejó a Morales en libertad.
"No existe ninguna explicación razonable para creer que Jesús Fornes pudiera
mentir", dijo Chin al dar a conocer los motivos de su fallo. "Seguramente
cuando dijo estas cosas, sabía que irían a las autoridades para hacerles saber
que tenían al hombre equivocado", aseguró. Por su parte, los fiscales piensan
pedir a la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito que rechacen el dictamen
de Chin. "Por supuesto que tenemos interés en asegurar que la gente no sea
encarcelada por crimenes que no ha cometido", sostuvo el fiscal del distrito del
Bronx, Robert Johnson en una declaración escrita.
"Pero debemos también tener en cuenta que existe el testimonio de una testigo de este homicidio. Ella conoció al acusado y lo había visto en ocasiones
anteriores, y estuvo y aún está completamente segura de que es la persona que
participó en la golpiza y el asesinato a puñaladas de su marido", afirmó.
El sacerdote Towle declaró que había mantenido silencio porque consideraba la confesión de Fornes algo confidencial. Pero más tarde se preguntó si era una confesión sacramental, según los cánones católicos. Llegó a la conclusión de
que no era así, pese a que absolvió a Fornes por su pecado. Fornes falleció
más tarde.
Towle recordó que Fornes llegó a verlo "no en una situación confesional, sino
como amigo". En un testimonio ante la corte, el religioso describió el encuentro
como una "conversación de corazón a corazón" en su casa y no en un confesionario
dentro de una iglesia. "Ve a la corte y cuenta todo lo que me has contado a mí", Towle recordó haber aconsejado a Fornes. "Y eso es exactamente lo que hizo. Realizó una declaración pública de todo lo que me confesó."
"He hecho lo que él hubiese querido que yo hiciese", indicó Towle una vez que
Morales fue dejado en libertad. En la nueva presentación para Montalvo, los abogados Jeffrey Pittel y Randa Maher buscan que el caso sea reasignado del Juez Robert Sweet, quien rechazó una petición tres años atrás a Chin, quien aprobó el sobreseimiento de Morales el martes pasado.
(Con información de Associated Press)
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